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Claros y urgentes

Día de las Naciones Unidas

Luis F. Sánchez Cáceres , delegado
territorial de la Fundación Internacional
de Derechos Humanos en España (UE)

Luis Francisco Sánchez CáceresLa humanidad intentaba resurgir de sus cenizas cuando, hace hoy 76 años, la Organización de las Naciones Unidas comenzó su andadura. Aquellos deseos de paz y esperanza siguen siendo nuestros grandes objetivos comunes para el futuro y bienestar en cualquier lugar del mundo.

A pesar de los muchos retos a los que toda la humanidad en su conjunto debe enfrentarse, nuestra determinación para superarlos no puede ir separada de la solidaridad tan necesaria en estos duros momentos de pandemia por el Covid-19. Pero, además, el aumento de la pobreza, la amenaza del cambio climático y el hambre desgarrador que aún flagela a millones de personas en todo el mundo deben hacernos pensar que nos que debemos recorrer un duro camino que solo podremos recorrer desde la unidad y nunca desde la controversia, la división y la guerra que sigue asolando a numerosas regiones del mundo.

Aunque la mayor parte de los esfuerzos están centrados en la vacunación universal, no debemos eludir ninguna de nuestras responsabilidades comunes y seguir protegiendo y garantizando los derechos humanos y la dignidad inviolable de todas las personas sea cual sea su lugar de procedencia y sin excepciones de ningún tipo. Quienes son más vulnerables, especialmente mujeres, niñas y niños, jóvenes adolescentes y, por supuesto, los 1.500 millones de personas que intentan escapar de las garras de la pobreza, seguirán sufriendo de no actuar con rapidez.

El tiempo de los discursos vacíos ha terminado. Es el momento de pasar a la acción y cumplir con todos los compromisos adquiridos. Debemos comenzar a unir y dejar de dividir; debemos construir derribando todas aquellas barreras que dificultan la libertad, la justicia y la igualdad de oportunidades; debemos exigir el respeto de los derechos humanos de todas las personas, sean quienes sean.

El mundo necesita hechos, no más promesas incumplidas. Los objetivos son claros y urgentes. Y nunca prescriben.

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